En 1637, René Descartes nos regaló una frase: “pienso, luego existo” y ese acercamiento filosófico, nos ha llevado a creer que somos máquinas que pensamos, seres racionales que decidimos de manera lógica, hoy la ciencia confirma que eso es falso.
En realidad, el 95% del tiempo estás respondiendo a lo que sientes y no a lo que piensas. El 90% de tu personalidad quedó definido en tus primeros siete años de vida y el 70% de esos viejos programas son limitantes y de autosabotaje. ¡Eso explica porqué la mayor parte del tiempo no hacemos las cosas que nos acercan a la vida de nuestros sueños! Dicho de otra manera, eres como un Xbox 360 que usa sistema operativo de Atari. La única forma de que tu vida cambie, es que comiences a reconocer, que esos programas que se instalaron en tu primer septenio de vida son obsoletos. De lo contario toda tu vida seguirás obteniendo los mismos resultados.
mismos pensamientos = mismas emociones = mismas decisiones =
mismos resultados
Lo que es un hecho, es que todos sabemos lo que tenemos que hacer para lograr nuestros objetivos. Para perder peso, necesitarás comer mejor y hacer ejercicio, para obtener un mejor trabajo, necesitarás capacitarte y buscar un mejor trabajo, para mejorar tu relación de pareja, necesitarás comunicarte con esa persona y dejar de defenderte y la lista podría seguir y seguir. ¡Claro que sabes lo que tienes que hacer! La pregunta es ¿Porqué si sabemos lo que tenemos que hacer no lo hacemos? Y la respuesta es porque no lo sentimos.
Así estamos cableados, la mente nos va a defender de todo lo que sea incómodo o pueda representar un fracaso en la vida y hablando honestamente, despertar a las 6am para integrar una rutina de ejercicio a la vida es incómodo, aunque en la cabeza podamos hacer lista de todas las razones lógicas, cuando suena el despertador simplemente “no sientes la motivación que necesitas” apagas el despertador y sigues replicando tus viejos hábitos.
¡Eso tiene que parar!
Te comparto dos pasos fundamentales para cambiar tu vida, recuerda que necesitas reprogramar creencias que están instalados en ti desde que tenías siete años y para hacerlo hay que ser firmes y perseverantes.
1. Visualiza quien quieres ser diario.
Imagina la persona en la que quieres convertirte. Para obtener resultados diferentes necesitarás dejar de ser la persona que eres hoy y convertirte en una mejor versión de ti. Pregúntate ¿Cómo es esa mejor versión? ¿Qué habilidades tiene? Mientras más específica sea la descripción mucho mejor. La visión de tu mejor versión debe ser apasionante, necesita emocionarte tanto que te comprometas a alcanzarla. Dedica diario un tiempo a pensar y a sentir tu nueva versión. Recuerda que pensamientos diferentes, generan emociones diferentes, decisiones diferentes y resultados diferentes.
2. Haz lo que tienes que hacer, aunque no sientas la motivación para hacerlo.
Esperar a que llegue la motivación para hacer cambios es la ruta directa al conformismo y la apatía. Haz lo que tienes que hacer y punto, sin excusas, solamente hazlo. Mel Robbins, en su libro, La regla de los cinco segundos, dice que cada vez que tengas que hacer algo y no sientas la motivación hagas una cuenta regresiva: 5, 4, 3, 2, 1 y acciona. Tienes absoluto control y poder para actuar. Recuerda que son las pequeñas decisiones del día a día las que tienen el poder de transformar una vida. Así que mañana que suene la alarma no la apagues, cuenta 5,4,3,2,1 y sal de la cama ese primer impulso es fundamental para mejorar tus niveles de energía a lo largo del día.
La mejor versión de ti es totalmente alcanzable y comenzarás a construirla tomando una decisión a la vez. Tienes la posibilidad de elegir quien quieres ser y tienes todo el poder que se necesita para lograrlo. Confía en ti, no dejes que tus viejos programas sigan operando tu vida, toma el control, visualiza, actúa y sé EXTRAordinario.
Karla Lara