En las películas románticas todo parece tan sencillo, pero en la vida real, para muchas personas las relaciones son dolorosas, llenas de drama y de sufrimiento. Pero en serio, ¿El amor tiene que doler?
Lo que duele no es el amor. Lo que duele es que las expectativas no embonan con la realidad y entonces la mente se encarga de llenar los espacios y de alimentar el drama.
Cuando una relación termina o cambia, lo primero que sentimos es miedo, porque nuestras ilusiones y esperanzas se derrumban y de un momento a otro experimentamos la sensación de haber perdido el control. En realidad no sabemos lo que vendrá, pero la mente se encarga de proyectar el peor panorama: “Nunca nadie me va a amar” “Voy a quedarme solo” “No soy suficiente para nadie”.
Ante esa situación hay dos alternativas: suplicar para que todo vuelva a ser como antes (aunque sabemos que nunca vuelve a ser como antes), entregarnos a la experiencia y atravesar el duelo para podernos transformar.
Aunque hay una parte de nosotros que posiblemente comprende que dejar esa relación es lo mejor que podemos hacer, hay otra enorme parte que se resiste y la verdad es que sí duele y duele muchísimo. En mis años como coach he visto a personas llegar a sesión completamente rotas y con una sensación de haber perdido por completo el rumbo de sus vidas. Me sorprende mucho que nadie nos enseñe en la vida el arte de amar y de hacer pareja.
¿Porqué es tan complicado?
Es complicado porque somos seres complejos. Cada uno de nosotros tiene su propio Modelo de Amor, amamos diferente, tenemos distintas necesidades y esperamos distintas cosas, pero el problema radica en que no aprendemos a comunicar lo que realmente necesitamos, tenemos tantas creencias, heridas y miedos que vamos complicando todo.
El amor no es complicado, el amor no duele, pero para tener esa experiencia hay que aprender mucho, trabajar mucho y conocernos mucho.
Si terminaste una relación te comparto tres tips que pueden ayudarte a atravesar el proceso:
- Controla tu mente.
El verdadero problema está en tus pensamientos. El miedo vive en tu mente, y la mente quiere que te aferres a una situación conocida y cómoda para ti. No dejes que tu mente te lleve a lugares terroríficos. Aprende a meditar y a pasar más tiempo en el aquí y ahora. Te recomiendo que leas el libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle.
- Cuídate y ámate
Aunque tengas muchas ganas de ir a ahogar tu dolor en alcohol… ¡No lo hagas! Este es el momento en el que necesitas cuidarte mucho y no dejarte llevar por las tentaciones de una vida desenfrenada. Necesitas comer bien, tomar agua, hacer ejercicio, dormir bien y hacer cosas que contribuyen a tu bienestar. El amor está adentro de ti y necesitas conectarte con tu fuente de amor para sanar. Si en lugar de cuidarte y amarte, entras en una espiral de autodestrucción vas a tardar mucho más tiempo en encontrarte, en sanar y en sentirte mejor.
- Busca ayuda
No tienes que guardarte lo que sientes, ni tampoco castigarte o juzgarte por querer llorar otra vez por lo mismo. Si te incomoda hablarlo con tu familia o tus amigos, recuerda que no tienes que atravesar por ese proceso sin compañía. Busca ayuda. El camino del duelo tiene subidas y bajadas y nunca está de más contar con alguien que nos ayude a seguir avanzando. Puedes agendar una sesión de Coaching dando click aquí.
En pocas palabras, el amor no duele, lo que nos duele son las ideas y los pensamientos que construyen barreras que nos separan de la verdadera experiencia de amar. Te mereces un amor bonito y si nadie te lo ha dicho hoy, yo te lo digo: ¡eres EXTRAordinario!
KL